A la orden Bogotá

Últimos días en Bogotá después de pasar por El Caribe. Desde aquí pillaré un vuelo a México (a Cancún directamente). Llegué por la noche al hostal en Bogotá y los compañeros de Buenos Aires de mi dormitorio me convencieron para ir a tomar algo (ya sabéis, facilón, les costó poco).

Bueno el caso es que quería cenar algo pero sin saber como me encontré en un bus que había barra libre de ron (en tetra-brick), tequila y vodka….En fin que empecé a notar muuucha sed así que me tomé unos tragos. Mientras tomabamos, el bus hizo algunas paradas, un mirador espectacular de Bogotá y luego dos discotecas. Una de ellas en el piso 42 de no sé qué torre en no sé que barrio, pero las vistas eran espectaculares. La verdad es que tengo algunas lagunas (como no). Pero sé que acabé en casa de un tipo con 20 ó 25 personas más tomando. Se hacía de día así que me retiré al hostal. Aun no sé cómo lo encontré pero me levanté al día siguiente en la cama, así que bueno, pasé el día perreando en el hostal. El nombre del bus que nos llevaba (bueno la fiesta en si) se llama Bustock. Cachondo, entre guiris tomando como locos y colombianos rumbeadno dentro del bus, en el bus de 25 plazas éramos unos 40. Bien apretujados tomando como si se acabara el alcohol de la faz de la tierra.

(si es que no saben beber…je, je)

Así que hoy domingo tras haber dormido casi 13 horas me he levantado para pasear por la mañana y lo único que me encontrado eran borrachos volviendo de fiesta (como yo hacía dos noches???), y he llegado hasta un parque donde hacían aerobic popular. Por supuesto no he entrado, pero me he quedado un buen rato mirando cómo la peña intenta coordinar los pasos que los monitores se creen que todo el mundo sabemos desde que nacimos.

Me gusta ver cómo los monitores se flipan con el micro ese inalámbrico en plan Madonna y mientras todos están destrozados, ellos siguen hablando y haciendo los ejercicios como si acabaran de emepzar…y lo que es más increíble: siempre con una sonrisa!! Lo pero los grititos que meten al micro para contar: y uno…y WOW, y tres…y WOW…no saben contar normalmente??? en fin un misterio que queda pendiente para otra ocasión.

Así que con pena por no haber visitado más de Colombia (espero que en otra ocasión), me despido como en las tiendas de aquí: A la orden!!

El Cabo de la vela

El Cabo de la Vela está en la Guajira, la parte más desértica de Colombia, al noreste, donde viven los Wayuu, creo que son los colombianos más indígenas, utilizan su propio idioma además del español. Tras 8 horas de buses, cambios, taxis, esperas y toda clase de aventurillas, llegamos a la entrada del desierto donde pudimos subir en un taxi-camioneta-llevalotodo. Cobran por transportar de todo hacia la Guajira. El camino es desierto, caminos sin marcar y debes conocer la zona para no perderte.

Acurrucado como pude detrás de la camioneta, como un paquete más, junto a bebidas, neveras llenas de pescado, tablones de madera, bolsas de comida, bolsas de ropa (clásicas maletas) y demás trastos inimaginables, tras dos horas de traqueteo, polvo y golpes por todos lados, llegamos al Cabo de la Vela. No hay nada. Eso es lo bueno. Sólo pequeñas cabañas de gente local que puedes alquilar para dormir y comer algo.

En las fotos ya podréis ver lo que he sufrido, que vistas tenía nada más levantarme por la mañana, las vistas de cuando me despertaba de la siesta en la hamaca…en fin un sinvivir.

Poco hay que hacer aquí, sólo tumbarse al sol, andar por la playa, buscar conchas (bueno, eso Tracy..vaya pateo para un par de caracolas!!). Eso sí, en tres días ya estoy terminando Angels & Demons (Dan Brown), que me ha enganchado. Y digo poco que hacer porque entre que te levantas a las 8:00 con el solete entrando por la ventana (foto de arriba), desayunas mirando el mar, sales a tomar el sol y comer en la playa desierta y vuelves para la siesta, cuando te despiertas, sobre las 17:30 ya está oscureciendo. Aquí el sol se pone a las 18:15 así que a cenar y pronto a la cama, no? Por cierto vaya puesta de sol…

Bueno lo único malo es que las duchas son con un cubo de agua no salada y a dosificártelo con un cacito más pequeño para quitarte la sal del cuerpo (pero compensa todo el resto, claro)

Y por si no estabais rabiando (en especial mis queridísimas hermanas), mi regalo de esta entrada no va a ser un chiste ni nada por el estilo, sólo os regalo un minuto de mi despertar en una de las siestas…(ojo al sonido de las olas de fondo, eh?)

mi despertar

Santa Marta

Ya en pleno Caribe, Santa Marta. Cerquita hay un parque nacional al que quería ir a pasar unos días. Pero pensaba que ´solo igual sería un poco palo. Me levanto después de llegar destrozado a Santa Marta la noche anterior y en la cama de al lado me encuentro a una chica sentada en su cama buscando amigos. Hola me llamo Tracy, que haces hoy? Le expliqué mi plan en mi inglés mañanero y decidimos que iríamos juntos al Parque Tayrona al día siguiente. Así que pasamos un día en Santa Marta, (para ver qué tal como compañera de viaje) y a pesar de su locura fuimos al día siguiente. Es canadiense y se dedica a vigilar incendios en una torre de vigilancia en Alberta durante 5 meses al año, el resto del año viaja. Quiero un curro como el suyo (no ahora, claro, más adelante). Básicamente se toca la barriga durante todo el día en su torre.

Parque Tayrona es un parque natural que acaba en la playa. En playas Caribeñas chavales!! imaginad!! Allí mismo pasamos dos noches en un camping colgado de hamacas para dormir. La gracia de las hamacas está bien un par de días, pero dormir una noche entera en hamacas, no lo aconsejo, no. Para siestas es de vicio, pero tooooda la noche no.

Porque yo no me muevo mucho cuando duermo y además lo hago boca arriba, pero es que en una hamaca no puedes ni probar a dormir de lado! ni boca abajo, claro!, ni en otra posición que no sea la que todos os imagináis: boca arriba y envuelto de la tela de hamaca…8eso si, con los pies cruzados) un pelo incómodo para toda la noche (más si te mueves mucho por las noches). Porque aún suerte que mi hamaca era de tela, porque hay otras que son de rejilla. Qué infierno!! las probé y son una tortura!, se te clavan los nudos y cuerdas por todo el cuerpo, es como un colador gigante, que te deja marcado todo el cuerpo…en fin para qué os voy a contar mis problemas!

Eso sí, de noche mejor ponerse los cascos y escuchar música porque la cantidad de ruidos de insectos y animales correteando alrededor tuyo no molan nada, así que mejor no saber. Por cierto, vaya temazos os regalo de vez en cuando en el blog eh? no os quejaréis!! si ya lo sé, a mi también se me van los pies.

Bueno es caso es que poco que contar como podéis imaginar, descalzo todo el día, en bañador, de la hamaca a la arena y viceversa y comiendo pescado recién pescado (vaya poeta) pasamos allí un par de días. Poco hicimos, tomar el sol, dormir en la playa, no me dio tiempo a hacer muchas fotos la verdad…que estrés!

fotos Santa Marta

Cartagena

Desde Bogotá, tomé un vuelo hasta el norte de Colombia, a Cartagena. Una muy bonita ciudad donde el centro todas las casas son tipo colonial bajitas, de colores, porticones de madera…la verdad es que es preciosa. Mucho turista también que va en barco (6 días) hacia Panamá.

No es mi caso, pero sí tomé un barco para visitar las Islas del rosario y Playa Blanca. Brutal. Primer contacto con el Caribe. Playas de arena blanca, agua turquesa cristalina, peces de colores rodeándote hamacas y cocoteros en la playa…qué duro eh? pues si, la verdad es que es difícil escoger la mejor hamaca de la playa…bueno y también quitarte de encima a todos los vendedores que te acosan para venderte (como, no) el mejor collar de perlas y coral del Caribe. De verdad muy simpáticos, pero muy pesados. Hay un momento que te tienes que poner borde y todo. Bueno, o dormir. Yo opté por lo segundo (obvio, no?). Bueno te ofrecen de todo, collares, pulseras, camisetas, masajes, gorros, todo legal…bueno y todo lo ilegal también. Comes pez recién pescado, con arroz y patacón (al que me estoy aficionando). Vida dura, la verdad.

Como anécdota, mi primer incidente en el viaje (bueno, a parte de la diarrea). Salí por la tarde para cenar y como todo el mundo te saluda por la calle, pues respondes, claro. Pues respondí a un tipo que me tomó mucho cariño, me siguió un par de cuadras hablando conmigo hasta que me dijo que le diera una moneda. le dije que no y bueno, me amenazó con enseñarme su arma, Tipo de 1,70m flacucho, y con más pinta de mentiroso que otra cosa así que le dije que no tenía nada, el tío insistiendo llevándose la mano al bolsillo como indicando que algo tenía en el bolsillo. Así que, un par de minutos hasta que decidí que ya era suficiente y entré en el primer bar que vi, para cenar y deshacerme de el tipo en cuestión. Ni arma ni coñas, sólo quería intimidar por una moneda..pero bueno, el susto me lo llevé. Sin más.

En fin que dormí dos días escuchando salsa a todo trapo. El hostal estaba en frente de una garito de salsa y el volumen estaba tan alto que entraba hasta en las habitaciones, era como tener el altavoz en la misma habitación. (Si, Guiu,si ya sabes, se me iban los pies hasta durmiendo!!). Pero bueno, es como estar durmiendo en el Shangó, un buen garito en Barcelona cerca de correos en el que te sirven buenos mojitos y ponen buena salsita para rumbear!! No dejéis de ir!

(Bueno, Leo, después de este anuncio gratis de tu local, espero mi barra libra particular cuando regrese, eh?)

La gente aquí diferente que en la capital, más informal, chanclas, bermudas, ritmo caribeño compadre!, sin estresarse pero con alegría! me podría acostumbrar fácil.

y el regalo…esta vez la foto…si es que son sinceros hasta para esto estos Colombianos: casa de cambio…comisiones? Yo mil

fotos Cartagena

Hola Colombia! – Bogotá

Si, hace días que no actualizo el blog pero es que creo que se me ha pegado algo del ritmo este latino que hay en Colombia. Me gusta este ritmo. Facilón.

Llegué a Bogotá tras volar desde Leticia, en la Selva amazónica. Una ciudad de 8 millones de habitantes. Barcelona es una pequeñez en comparación a la extensión. Desde el mirador que hay en el centro de la ciudad, no se alcanza a ver el límite de la ciudad…gigantesco. Para llegar de un barrio a otro, tranquilamente te puedes pasar 40 minutos. Más que para cruzar Barcelona! En fin, que hay mucha gente, y como  no mucho turista.

Pues resulta que la primera noche estoy en un dormitorio compartido (pero solo), y llega un tipo. Empieza a hablar a la chica de recepción que le acompañaba y lo calé: catalán! Pues si señor, de Olot. Frank, un buen tipo que curra medio año para viajar otro medio por Sudamérica. Un crack! estuvimos un par de días por Bogotá hasta que se tuvo que ir ya hacia Olot, era el final de su viaje (este año). Frank, espero que no hagi estat molt dura la tornada ;)

Una ciudad dicen que muy insegura así que con mil ojos para cuidar de mi cartera y de mi mismo, claro. Visité poco porque volveré para poder ir hacia México de aquí unas semanas. Pero de lo poco que llevaba en Colombia, creo que de lo mejor que tiene 8y no es por pelota Leo), es la gente que hay..si señor! Lo que sí hice fue visitar a una amiga que conocí en Australia. Tiene un bar que sirven el mejor ceviche de camarón de Bogotá. Y así es, buenísimo. Pero creo que fue lo que me provocó la diarrea los siguientes días.

A partir de aquí quien no quiera leer cosas escatológicas, mejor que pase a la siguiente entrada, quedáis advertidos.

Hablando de diarreas, soy bastante sensible al tema y ya me extrañaba que no hubiera tenido antes. Qué incómodo eh? pues imaginaros viajando y visitando!! y en un país donde el papel de baño escasea en los aseos. Siempre tienes que ir con un rollo en la mochila. Y hay otra cosa, no lo quería contar pero me veo obligado:

Imaginad que leéis un cartel en el baño que dice que no podéis tirar papeles al w.c. Claro lo primero que pensáis es que si se pueden los papeles usados no? Pues NO!! ningún tipo! Para eso hay en los baños una canastilla, a veces abierta a veces cerrada, en la que tienes que tirar los papeles usados encima de los del tipo anterior que ha entrado al baño. Vamos que al final del día el olor el fuertecillo en algunos casos. Pues imaginad con mi problemilla!!! Y claro a según que horas la canastilla está llena a rebosar…ya os podéis imaginar…un desastre! No poderte tirar pedos por miedo a ir acompañados!!

En fin que he sufrido hasta que se me ha pasado…arroz y pollo a la plancha (que ya me gusta, ya), pero cansa un poco por obligación…por cierto os habéis preguntado cuál es la clave con la que uno sabe cómo está totalmente recuperado de la diarrea? Cuando se te escapa un pedo o te lo tiras sin miedo a nada mas que el propio olor!

(y este truquillo sirve como regalo de esta entrada en lugar del chiste…)

Hola y adiós, Perú

La estancia en Perú ha sido muy rápida. Después de drama de autobús hasta Lima, vuelo a Iquitos, en plena selva desde donde sólo puedes llegar volando. Una vez allí barco hasta Santa Rosa, en medio del Amazonas. Allí vas a la policía te pone un sello y luego vas a la orilla del río y le pides a alguien que te cruce con su bote (fotos de arriba). Eso hice, En la otra orilla ya estaba en Colombia! Sencillo eh?

Bueno, en Perú básicamente he descansado. Y he visto a Sandro. Qué ilusión me hizo! Mola ver a una cara conocida con la que poder hablar de algo que no sea el viaje, hablar de gente conocida, de coñas, de cosas habituales entre nosotros. Una de las noches salimos a cenar con una amiga de Sandro y Manu. La cena más cara desde que viajo (unos 30€)…pero qué cena!!! pisco, ceviche y sudado de mero: impresionante…Manu vente!! Por la noche alcohol, reggaetón y taxi con mareo hacia el hostal. Estancia corta.

En Iquitos….vaya con la selva…es que no hay ninguna mujer fea allí? Una tarde y de camino a Colombia. Ya pude experimentar un poco de selva en Bolivia y a menos de la tercera parte del precio que debería pagar en Perú, así que rapidito.

Sin duda volveré a Perú (bueno, ya lo dije hace tres años), pero esta vez para visitar más la zona de costa y la selva, claro.

Y como no, el maestro:

Hasta pronto Bolivia

Y desde Copacabana (sí, en Bolivia hay una Copacabana que no es Brasil!!) he pasado la frontera hacia Perú y donde Amets se ha quedado para visitar el Lago Titicaca.. Yo como hace tres años ya estuve por Perú, pasaré rápido hacia Colombia. Dejo atrás un país que me ha sorprendido, todo lo que hay que ver merece visitar, no muy conocido, pero que realmente vale la pena. Qué me he llevado? pues muuuchas horas de espera para todo y he descubierto que mi límite de paciencia está muy por encima de lo que me imaginaba.

He tomado un bus hasta Lima desde donde escribo ahora mismo. Espero ver a Mambo por aquí. Ese bigotito me pone!

Mira que he pillado buses hasta ahora, de todo tipo, color, y clases de compañeros de bus. Pero este viaje ha sido un infierno. Para empezar 6 horas de Copacabana hasta Arequipa (ya en Perú) en una furgoneta de 14 personas, aunque parecíamos sardinas. He llegado a Arequipa a las 3 de la mañana y espera hasta las 6 para el primer bus a Lima. Me he acabado ya el libro mientras esperaba: La Conspiración de Dan Brown. Muy recomendable.

Bueno pues entro en el bus y todo lleno así que no puedo tener dos asientos para sobar tranquilamente. Es más, se me planta al lado un Ecuatoriano plasta. Vaya brasas de tío. Ha empezado a darme la vara con temas que no me interesaban para nada y como no tenía batería en el iPod he utilizado una técnica infalible: Hacerme el dormido. Pues NO!!! resulta que para los ecuatorianos no es infalible. Hasta que mis respuestas sólo con la cabeza y un aha de vez en cuando, le han hecho entender que no tenía intención de hablar con él. Si, llamadme antipático, si hubierais estado allí…Bueno el viaje debía ser de 15 horas así que paciencia. Me he tragado todas las pelis de Trasporter y me he puesto el mil posiciones diferentes en el asiento para pasar el rato.

Por cierto la de posiciones que hay para sentarse en un autobús, ni os las imagináis!! Me he contorsionado de todas las maneras que sé y algunas que incluso ni sabía! y..si alguien sabe más técnicas para que no te peguen la brasa durante un viaje que me lo diga, necesito ayuda!

Así que tras 17 horas de viaje, una huelga de mineras que había cortado la carretera y nos ha tenido parados un buen rato, todo el bus transpirando de mala manera, mi compañero ecuatoriano comendo a mi lado arroz con chuletas en lugar de hacerlo en las paradas como TODO el mundo, las niñas de detrás tocando los h**** dando empujones a mi asiento, el bebé llorando y la madre sin hacerle ni caso, la mujer de delante desde el minuto uno recostada a tope con su asiento a 2 cm de mi nariz, con vendedores de alimentos subiendo en cada parada para venderte cosas, con la gente jugando al móvil con el volumen a tope, con gente seleccionando su nueva melodía de móvil indecisos sin saber cuál poner reescuchando mil veces el politono de nokia (muuuy aburridos, básicamente….en momentos de aburrimiento todos lo hemos hecho eh?), con gente pidiendo bajar a mear cada 15 minutos (mujeres básicamente), con los matones de barrio con el reggaetón a tope como música de fondo….en fin he llegado a Lima, el paraíso (o eso me ha parecido).

Algún día haré recopilatorio de los especímenes que te puedes llegar a encontrar en un bus, desde los más raros hasta los más clásicos como el graciosillo que se ríe forzadamente de todo lo que hace el actor de la película de turno, o el como yo no duermo aquí no duerme nadie y se hace el gracioso comentando la peli como si estuviera en el salón de casa para que alguien le siga el hilo.

También podríamos discutir (pero bueno, en otra ocasión) sobre la incontinencia de las mujeres en los transportes. Porque aunque meen un minuto antes de subir al bus…..irremediablemente al cabo de 15 minutos ya tienen ganas de mear de nuevo! y sabéis que es verdad!

Y de nuevo, el maestro, buenísimo, dedicado a mis compañeros del inem:

Rurrenabaque

Con una avioneta de 20 plazas y dos asientos por fila, volamos de La Paz a Rurrenabaque. Un vuelo movidito aterrizando en una pista de tierra en medio de la selva. De película. Desde aquí se sale a la Pampa, una extensión enoooorme de selva donde pudimos ver animalejos de todo tipo en el río Yacuma. Los más curiosos unos monos que bajaban de los árboles, subían al bote para que les diéramos algo de fruta. Pajarracos de todo tipo (tucanes!) perezosos y hasta delfines (delfines rosas) con los que nos bañamos.

Si, si, te lanzas al río, no ves más de 20 cm de la superficie y no sabes qué hay debajo pero mola ver alguna aleta viniendo, eh? Aun sabiendo que más tarde íbamos a ver cocodrilos y al día siguiente pescar pirañas la peña se baña. Bueno y no iba a ser menos no? Siendo tantos, la probabilidad de que un croco me comiera a mi era baja. Y aquí sigo, con todas mis extremidades enteras. Aunque eso sí, minadas de picadas de mosquito. El repelente este que venden es un engaño y los mosquitos un infierno, me pasé los tres días de tour dando palmadas al aire, a mis piernas, a mis brazos intentando exterminar estas criaturas del infierno, pero no se acababan nunca, así que al final desistí. Y así he acabado. Ahora lleva ya 3 días rascándome por todo el cuerpo para soportar el escozor maldito.

En el campamento había hasta mascota. Federico, de 2 metros de largo, paciente, mandíbulas poderosas y cuerpo verde. Un cocodrilo junto al que me bañé. La foto de la prueba estará disponible en cuanto uno de los compañeros de la excursión me la envíe. Y no es un montaje! Decían que estaba acostumbrado a ver turistas y que salía a cazar de noche por eso no era peligroso bañarse junto a él. Me costó pero en cuanto vi al guía bañarse, de nuevo las probabilidades de que me comiera a mi eran de la mitad así que me di un chapuzón.

Una de las mañanas fuimos a la propia Pampa en busca de la anaconda. Una serpiente que en Bolivia es de unos 5-6 metros de largo y unos 30cm de ancho que no es venenosa pero te oprime hasta que te ahogas, te rompe los huesitos y te zampa tranquilamente. Y nosotros en busca del bicho. En una extensión pantanosa con plantas de metro y medio vive la anaconda en cuestión, así que con barro hasta las espinillas y apartando plantas llenas de mosquitos caminábamos mientras los mosquitos se pegaban el festín del día, cuando el guía notó un mordisco en la bota, rápidamente se agachó a coger la serpiente pero demasiado tarde, ya se había ido. Por suerte le mordió la bota y no le hizo nada más. Pero el tío rebuscaba con las manos en el barro entusiasmado esperando poder cogerla! Cansados de buscar y buscar sin éxito volvimos al campamento. Yo la verdad no estaba muy seguro de querer encontrarla.

Otra mañana, otro fracaso: a pescar pirañas. Las pirañas nadan en aguas poco profundas y quietas, así que un par de metros de hilo de pescar, anzuelo, un cebo y paciencia para acabar con picadas de mosquito hasta en las orejas. Nos fuimos pronto sin pescar nada porque los batallones de  mosquitos eran insoportables, de vuelta a la “civilización” en el bote una tormenta tropical nos caló hasta los huesos, era como una ducha con ropa. Como recién duchado después de tres días sin hacerlo. Como nuevo.

Y para no variar, aquí está de nuevo el maestro.

La Paz - Coroico

La Paz, capital de Bolívia. un caos de ciudad. por lo menos comparado con todo lo que he visto hasta ahora. Coches por todos lados, buses, gente (si, si, alguna con prisa y todo!!!) y lluvia, mucha lluvia. Qué esperaba de la época de lluvias!! Aquí sacarse el carnet de conducir cuesta unos 50 Euros y si pagas 100 no hace falta ni examinarte. Y según algún taxista la mayoría de conductores en La Paz son campesinos que no tienen ni idea de circulación. (Y así van, claro).

El caso es que en la calle manda quien tenga el pito más grande. Sí, si. Utilizan el pito para todo, para cambiar de carril, para adelantar, para avisar a algún peatón que le va a atropellar, para quejarse de la lentitud del de delante (quééééé?!?!?!?!), para avisar de que el semáforo está en verde, para avisar a los controles policiales que espabilen…en fin que quien utiliza más el pito es el p**** amo de la calle. Como ciudad un caos, vamos.(Bueno, quizás piense lo mismo el día que vuelva a Barcelona, no sé).

Visitamos un museo de instrumentos y sí, el acordeón es mi nueva pasión. Hay instrumentos de todo tipo y raros de cuidado, incluso hay “muestras” para tocarlos. Otro día que había poco que hacer y tomé unas clases de charango. Es como un ukelele pero con 5 pares de cuerdas. Un tanto pequeño para mis manazas pero más fácil que la guitarra, enseguida sonaba bien, y acabé tocando “El cóndor pasa” con el profe.

Aquí la excursión típica que se suele hacer es descender por la Carretera de la Muerte. Frenos hidráulicos, manillar ancho, ruedas anchas, pedales grandes, casco, coderas, rodilleras y traje de agua para si te caes en la bici por la Death Road no te hagas daño. Más que nada es que no lo cuentas pero aparenta que vas súper-preparado. Subimos hasta Coroico en furgoneta y una vez allí hicimos un descenso de unos 65 km en bici por la famosa carretera. Llovía, hacía muuucho frío y durante los primeros 15 minutos no notaba las manos. Durante el primer descanso me pasé todo el rato moviendo los brazos para que la sangre volviera a circular por ellas. Los primeros km por carretera y luego unos 50 por el camino de tierra.

La carretera se llama así porque hasta hace dos años que abrieron la carretera nueva (ya asfaltada) morían unos 100 cada año. Y circulaban vehículos y bicis al mismo tiempo, ahora únicamente bicicletas prácticamente. Los primeros minutos fueron de “controla, controla” pero una vez pillamos confianza, nos flipamos un poco y sin mirar a la izquierda, bajamos bastante rápido. Hubo algún susto que me puso la piel de gallina y el culo prieto, pero rápidamente la adrenalina te hace olvidar para seguir concentrado en el descenso. Como llovía las fotos las sacaban los guías con sus cámaras (dejan bastante que desear pero bueno).

Una experiencia irrepetible, la verdad y te cansaba más la tensión que la propia bici, ya que todo el camino es bajada, un descenso de 3600m de desnivel. No está mal. Para acabar, comida en un hostal cercano con piscina (donde me comieron los mosquitos) y a dormir como un tronco (bueno, como normalmente).