Sucre

Sucre, una ciudad situada a unos 3000 m de altitud, una de las 2 capitales de Bolivia (junto a la Paz, próximo destino). Llena de iglesias (cerradas, por cierto así que no hay fotos de los interiores) en un radio de 5x5 manzanas (o cuadras). Yo creía que las iglesias no cerraban nunca…en fin que la ciudad no es muy grande, es más o menos como el eixample de Barcelona.

El hostal está a 1 km del centro así que hemos tomado un micro (bus) hasta el centro. Los únicos guiris del bus. La altura del bus era de 1,80 aproximadamente así que cuando he entrado era como Gulliver, hasta que me he podido sentar (si, con las rodillas en la boca por supuesto) para disimular un poco que un guiri estaba dentro del bus. Sin pagar (gratis, eh?) hemos bajado y hemos visitado pateando todo el centro. Aquí están las fotos.

Por cierto, que bonita palabra es GRATIS, no? Pensad en una cosa, cualquier cosa, la primera que se os ocurra y luego poned GRATIS al lado. Qué os parece? Es perfecto!!!

Pateando y mirando librearías cercanas a una de las iglesias, cómo no, he encontrado esta joyita de la foto:

Sin comentarios, que cada un@ piense lo que quiera. He estado tentado de comprarlo pero qué mejor que vosotros para que os animéis y dejéis vuestra opinión como comentario en el blog, a ver si aprendemos tod@s un poco y nos aclaramos de una vez (quizás podamos escribir una segunda parte).

Para cenar he descubierto una nueva modalidad de comida rápida, la street pizza. Aquí, en lugar de llamar y que un pizzero mileurista vaya a tu casa en moto, vas tu a la calle a un puestecito donde la señora tiene su horno de gas portátil y en menos de dos minutos te hace una pizza que te cuesta 0,80 €. La pone sobre un cartón redondo, coge el cuchillo cortador de pizza, la parte un 6 trozos…bolsa y para el hostal!!

Por cierto alguien sabe cómo se llama el cuchillo circular cortador de pizza? ese que es como un rodillo pero finíííííííísimo. Porque si quiero comprar uno en la tienda cómo lo pido: “por favor quería comprar un cuchillo circular cortador de pizza?” o “tienen corta-pizzas?”. Porque cuando telepizza la trae a casa y dicen que está cortada (pero todos sabemos que no está cortada) vosotros sois de cortar la pizza:

a) con la mano (lo normal)

b) con el cuchillo (para los más finos)

c) con las tijeras (para los raros)

d) ninguna de las anteriores (la doblas y te la comes como una empanadilla?)

…o quizás deberíamos decirles que afilen sus cuchillos cortadores de pizzas (o como se llamen)? así no tendríamos el dilema de cómo trocear de nuevo la pizza cuando llega a casa. Y aún se me ocurre otra cuestión pizzera trascendental: por qué no puedes pedir una calzone en telepizza? es porque no tienen cajas semicirculares? y aún hay más: vosotr@s sois de l@s que utilizáis la caja como plato o sacáis tenedor y cuchillo y preferís limpiar los platos después de comer la pizza? porque yo creo que una pizza con tenedor y cuchillo no es una pizza.

Y como la entrada es muy corta, ahí va el regalo de esta entrada del maestro:

Potosí

La urbe más alta del mundo, Potosí, dedicada casi exclusivamente a la minería, situada a 4090m de altitud. Cuesta respirar y cada escalón que subes es un infierno. Al agacharte a recoger algo del suelo la sangre te va a la cabeza y te da una especie de mareo… pero suerte que existe la coca!! Un mate de coca por la mañana te soluciona el problema, bueno y alguno más si se puede también, claro.

Es una ciudad con muchos edificios (sobretodo iglesias) coloniales. Muy pintoresca y llena de locales vendiendo cualquier cosa en la calle, desde teclados de móviles hasta higos, palomitas…de todo y a muy buen precio señora!!!

Lo típico aquí es hacer una visita a las minas. Toda una aventura. Nos llevaron a un lugar donde te dan ropa para entrar a la mina: un chubasquero, unos pantalones impermeables, unas botas de agua, un casco y un foco. Pero la coña es que aún no he visto ningún boliviano de 2m así que mis pantalones piratas impermeables, mi chubasquero de 3/4 y mis botas del 44 me iban a pasar factura. Iba con los dedos de los pies agarrotados pero pensé que sería poco tiempo. Y una m******!!!!! 2 horas caminando por una mina, subiendo y bajando galerías, agachado (porque claro las minas no hacen 2 m de altura) tragando polvo, pasando frío, luego calor, hicieron que la visita fuera un calvario. Además la sensación de entrar en un agujero sin luz, en condiciones precarias de seguridad y a esta altura hacían que la respiración y la ansiedad te revolucionaran el cuerpo. Así que tuve que parar un momento, respirar hondo y relajarme para no entrar en ataque de pánico. Un poco claustrofóbico la verdad.

Dentro de la mina vimos a un grupo de mineros (una familia) explotando su parte de la mina. Pagan un alquiler de 20 años al gobierno por explotarla, saquen o no minerales, pero si sacan han de pagar un 20% de impuestos al gobierno, vaya negocio eh?

Las condiciones son precarias, sin seguridad, jornadas de 10-12 horas de trabajo y sin comer. Lo único que comen son hojas de coca. Les sirve para superar el cansancio, superar el hambre y hacer que el cuerpo siga trabajando sin parar. También beben alcohol 96º. Antes de entrar compramos coca y unos refrescos como “obsequio” a los trabajadores. Pero podías comprar alcohol 96º, dinamita y nitroglicerina. Si, si dinamita, con su mecha y todo!

El caso es que en la familia en sí había un chaval de 12 años currando (media de vida 45 años), empezando a tragar polvo y aire tóxico ya bien temprano. Se me puso mal cuerpo, ver ese tipo de trabajo, durísimo, todo manual!, y además en esas condiciones te da bastante que pensar. Y luego nos quejamos cuando llegamos del curro a casa después de 8 horas de trabajo (y no físico), nos tumbamos en el sofá diciendo que estamos cansados. El próximo día que hagáis eso pensad en eso, y que no estáis siendo justos, hay muchísima gente peor que vosotros en condiciones precarias, no tenemos derecho a quejarnos!

Decidimos salir antes de hora porque la gente se estaba empezando a agobiar de estar allí encerrados y con ese mal cuerpo. El quitarme las botas fue todo un alivio. Me esperaba en el hostal una buena ducha. Pues no. No había agua hasta la mañana siguiente. Y así fue, una ducha de agua helada (porque claro, no pidas agua caliente por 2€ la noche), en la que se me encogió todo.

Por la tarde, y bajo un frío en la terminal que pelaba, tomamos un micro (bus) hasta Sucre, donde estoy ahora mismo. El segundo viaje en micro y segunda aventurilla.

Yo iba sobando de mala manera en mi mini asiento cuando gritos de la gente y una posición demasiado inclinada para estar dentro de un bus me despertaron. Estábamos bajando por un terraplén fuera de la carretera!! La primera sensación fue de volcamooossss!!!! El bus empezó a patinar y al final paró en una zona plana. El bus tuvo que esquivar a unas personas que estaban bailando en la carretera y no se apartaron, por eso salimos de la carretera. La gente empezó a bajar del micro y cuando bajé yo, vi a 12-13 personas en la parte trasera del bus levantándolo a pulso para que saliera del barro ya que se había quedado estancado allí. Todo bastante surrealista. Llovía y hacía frío. Todos a salvo subimos al bus y hasta Sucre sin más incidentes.

Y la nota de humor para no perder la hilo y que el crítico siga apoyándome y poder amenizar la dura historia de los mineros:

- que le dice una calle a otra?

- nos vemos en la esquina!!!

si lo sé, no podéis para de reír, yo tampoco! y recordad que cuando contéis el chiste debéis decir que es mío!!

Fotos Potosí.

Uyuni

Tras cruzar la frontera llegamos hasta Tupiza, un pueblo pequeño que sirve de paso hacia Uyuni y para empezar el tour de 4 días que hemos hecho por el sudoeste de Bolivia. 4 días en 4x4 por caminos imposibles, 1300 km con las piernas encogidas pasando calor, luego frío, durmiendo como podía en el coche (bueno, tampoco me costaba tanto, lo confieso)…todo esto para llegar a ver lo que se convierte para mi en uno de los lugares top5 en los que he estado: el salar de Uyuni.

En el 4x4 íbamos una pareja de Finlandia, una chica de Nueva Zelanda, Amets y yo. También por supuesto el chofer-guía y una cocinera. La verdad es que las comidas que preparaba Silvia (la cocinera) estaban tremendas, muy ricas y devorábamos cada vez que nos llamaba con el desayuno, la cena o comida lista. El chico de Finlandia Niko, llevaba guitarra. Ya os comenté lo que pensaba de viajar con guitarra, pero la verdad es que nos amenizó un par de tardes-noches. El tío era como Melendi (lo podéis ver en las fotos). Un cachondo.

Bueno pues durante los 4 días pudimos llegar hasta los 5000 metros de altitud, costaba respirar, y el viento estaba helado, aunque con el sol, se podía estar perfectamente. Luego por las noches cuando el sol desaparecía te pelabas de frío si no te abrigabas. El guía iba todo el día tomando coca para el mal de altura. Yo personalmente con un par de mates de cocal día ya funcionaba. Muy ricos.

Nos alojamos en unos “hostales” muy muy muy básicos. Cama y wc, Sin ducha hasta la tercera noche, para lo cual debías pagar 10 bolivianos (1,1 € aprox.), y sólo con luz un par o tres de horas por la tarde-noche. El mejor el último día que nos alojamos en el “hostal” hecho de sal. Bloques de sal formaban las paredes, mobiliario, suelo, bases de las camas…todo. Muy guapo.

Durante el viaje vimos llamas, vicuñas, vizcachas, flamencos y pasamos por varias lagunas y montañas de colores. Hice casi un millón de fotos de flamencos en las lagunas. El reflejo del paisaje sobre las lagunas de colores es una pasada, el agua calmada y los flamencos reflejados en el agua….las fotos hablan por sí solas. Los colores de las lagunas y montañas se deben a la cantidad de diferentes minerales que tienen (rojo-hierro, amarillo-azufre, verde-plomo…), así que no te puedes bañar.

Cruzamos un desierto (desierto de Siolí), y finalmente llegamos al highlight del tour: el salar de Uyuni. Una extensión inmensa plana de sal de unos 90 metros de espesor que te hace parecer estar en medio de la nada. Cada año crece de 2 a 3 cm de espesor debido a la cantidad de agua que recoge de las montañas que lo rodean. Como es un punto bajo, toda el agua de lluvia va a parar al salar haciendo que los minerales y sales de las montañas se vayan hacia él.

 

Vimos la salida del sol en el salar y desayunamos en una pequeña isla que hay en el medio del salar, llena de cactus y con unas vistas que no te cansabas de admirar. Simplemente es una extensión de sal, no debería ser más especial que eso pero la inmensidad del salar, el reflejo del cielo y las vistas que te ofrece hacen que el lugar sea increíble. Allí unas fotos chorras típicas que hace todo el mundo. Nos divertimos un buen rato haciéndolas. Te llenas de sal hasta las orejas, así que si antes ya era salao, ahora me he vuelto re-salao (vale como nota de humor, no crítico?)

Llegamos a Uyuni y tomamos un bus hacia Potosí, una ciudad a 4100 m de altitud. Un trayecto de 6 horas que debido a la lluvia y el camino se convirtieron en 8 y media. Como llovía bastante los ríos bajaban llenos y claro, el bus no podía cruzarlos bien, así que a esperar que bajara un poco el nivel. Gente subiendo y bajando del bus constantemente y un frío que pelaba. Suerte que un tipo del que pensé: vaya pringao cargando con tanta manta, nos dejó una de sus mantas para taparnos y pasar menos frío. Quizá él pensó vaya pringao sin mantas. Incómodo, de noche, con hambre y frío, y sin saber a qué hora llegaríamos. Finalmente llegamos Potosí de madrugada. Un infierno de trayecto.

Pero bueno, el trayecto hacia Potosí estaba compensado con el mejor lugar que he estado hasta ahora en esta viaje.

Ciao Argentina – Hola Bolivia

La Quiaca, el último pueblo de Argentina para  cruzar andando la frontera hacia Villazón, el primer pueblo de Bolivia que pisaré. A partir de hoy tengo compañera de viaje por unos días o semanas ya veremos. Amets, que también quiere visitar Bolivia. Así que saldré en alguna foto más!! y además sabe hacer buenas fotos así que guay.

La frontera con Bolivia….a paso lento hermano…sin prisa amigo, casi tres horas de cola al sol quemándome el cogote para que en menos de un minuto te pongan el sello en el pasaporte. La frontera en sí un caos, gente pasando de aquí para allá sin control alguno, porque si pasas a Bolivia sólo por un día no tienes que hacer nada, sólo pasar. Hasta una señora al lado de nuestra cola ha “colado” a su hijo para no declararlo porque no tenía los papeles de crío y se iba hacia Perú. Bueno son funcionarios pero sin prisa, al lado de éstos en España son speedy González.

Pero es una buena manera ya de avisarte lo que te espera en Bolivia. Calma para todo. Y las primeras horas aquí así lo han demostrado. Para comer, para cobrar, para caminar, para hablar, para todo, vamos. Y como el pueblo en sí no tiene nada, siesta en la terminal de bus a 36º esperando que salga el bus de las 18:00, sin mucho que hacer, sólo esperar a que pase el tiempo. Y de vez en cuando algún viajero con su guitarra o charango (una especie de ukelele pero local) te “amenizan” con sus canciones. Qué coñazo viajar con guitarra, no? no tienen suficiente con las mochilas, tiendas, sacos, botas colgando de la mochila, riñonera, sombrero, cantimplora colgando que además hay que tener cuidado de la guitarra. Muy cómodo, sí señor!!

En fin, acostumbrándome al ritmo latino (intento copiar a Leo todo lo que puedo) sin prisa y disfrutando de todo. Y para confirmar este ritmo, ahí os dejo el letrero del bus que hemos pillado en Bolivia (que sustituye al chiste que prometí, eh crítico?):

Y recuerda…prisa mata amigo!

Salta

Camino hacia Bolivia había que hacer una parada en Salta. Antes de nada y bajo comentarios punzantes de lenguas viperinas que no tienen ni idea y dicen que el nivel del blog ha bajado ahí va un chiste: Cuál es la ciudad de Argentina que no anda? pues Salta!! Si, lo sé buenísimo. Yo me parto también (cuando lo contéis en fiestas y celebraciones, decid que es mío eh?). Y para que lo sepas crítico de blogs, este no es un blog de humor, sólo cuento lo que me pasa y si no me pasa nada cachondo pues no me o tengo que inventar no? Intentaré contar un chiste cada entrada a partir de hoy vale? así le pongo chispa? Lo que hay que hacer para callar esas bocas….

Bueno a lo que iba, Salta es una pequeña ciudad con bastante arquitectura colonial y con iglesia y catedral importantes. Lo mejor de esta ciudad no es la ciudad en sí misma sino los alrededores. Entre varios de los tours para visitar los alrededores, escogí la visita a Cachi.

Cachi es un pequeño pueblo a 4 horas de autocar de Salta. Desde la plaza del pueblo ves prácticamente todo el pueblo. Pero lo mejor del tour son los paisajes que hay en el camino. Y sobretodo el cordero que me metí para comer. El mejor que he probado hasta ahora. Im-presionante. Por el camino se pasa por el parque nacional de los Cardones, un desierto lleno de cardones (cactus). La verdad no sé qué tiene de parque. También se pasa por la cuesta del obispo, es un tramo del antiguo camino del Inca desde donde los obispos (si, habéis acertado), iban a Salta a evangelizar. Por cierto podréis ver en alguna foto (bueno la que salgo yo) que la gente, en general sigue sin tener ni idea de sacar fotos. Yo no soy ningún experto haciendo fotos pero si estoy junto a un cactus para que me hagan la foto, quiero que salga el cactus también, no? o soy demasiado exigente? Bueno y cuando acaban de hacerte la fotos tienes que decir: está bien, está bien, gracias, muy buena, pero pensando…inútil. Bueno, aún gracias que te ha hecho la foto la verdad. Suerte que luego puedo editar la foto y centrarla y arreglarla un poco.

Me he alojado en un hostal que incluía la cena!!!! No está nada mal, el primero, y luego CADA noche, la gente del hostal salía de marcha. Yo, lo confieso me he portado bien. No he salido. (qué m’està passant??)

Ya de camino al norte hemos pasado por la Quebrada de Humahuaca, bastante famosa y según las gente del lugar muy linda. Sin comentarios. Las fotos hablan por sí solas, ya no solo por la cantidad (que hay pocas) si no porque no tiene nada de especial. Desde Salta ya se nota que te vas acercando a Bolivia. Ropas de muchos colores, piel oscura, acento diferente, cholos y cholas (así es como se llaman a los indigenas) y sobretodo, ESE RITMO LATINO!!! No esperes nada rápido…como dicen por ahí: prisa mata amigo!

Mendoza

Mendoza, una ciudad tranquila, a las 16:00 de la tarde, demasiado tranquila. Y no me extraña. Llegué y el calor era abrasador, la gente no sale a esa hora. Rápidamente chanclas, bermudas, manga corta y gafas de sol. Mucho mejor que hacía un par de noches a 3ºC en el camping. La primera impresión es que era una ciudad muy contaminada ya que no paraba de beber y notaba la boca seca continuamente, como si no parara de tragar polvo. Pero no. Es el calor. Curiosas son también las acequias y canales que transportan agua por todas las calles de la ciudad. El agua viene de un rio y una presa cercana y sirve para regar los árboles y para recoger el agua de lluvia. Hay zonas tapadas y zonas que no, abiertas, expuestas a que cualquiera pueda caer. No sé si es habitual que hayan accidentes en las acequias o canales, pero en Barcelona seguro serían muchos. El primer día visita al centro de la ciudad, plazas desiertas mucho sol, y alguna que otra foto.

Es una región vinícola donde crece el malbec, un tipo de uva con la que se hace el vino de Mendoza. Aquí mucha gente posee bodegas o trabaja en alguna de ellas. Alquilé una bici y me puse en marcha de la ruta del vino. Durante todo el día pedaleas en busca de bodegas donde tras un tour explicándote cómo se elabora el vino, los tipos y todas esas cosas, te hacen una degustación. En algunos sitios gratis y en otros pagando algo. Paré en uno que incluso hacían aceite y probabas diferentes tipos de aceites, aceitunas y algún licor casero que otro. Entre ellos el Absenta. Me preguntaron si sabía qué era y si me gustaba. Aficionados. Del grupo que éramos nadie excepto yo lo probó. Bastante bien.

Después bodega tras bodega probando vinos. A mi que el vino tampoco me emociona…peo bueno la taja en bici fue curiosa. A medida que me deshidrataba en bici, paraba para otra degustación.

En Mendoza viven Chicho y Juan, que me sacaron a conocer la noche de Mendoza tras un impresionante asadito en casa de Chicho que Juan se curró. Sin palabras. Después a un boliche y desayuno un cuarto de libra con queso. Un clásico. Sólo de agradecimiento por tratarme tan bien durante los días que he estado aquí.

Bariloche – fin de año

Primero de todo felicitar el año a tod@s. Espero que lo pasarais bien la noche del 31 y que seáis buenos durante el año para que se cumplan los deseos esos que habéis pedido y que casi nunca se cumplen, pero cada año seguimos insistiendo.

Noche de fin de año, casi siempre pasan cosas especiales. Conocí a dos mendocinos Chicho y Juan y a Amets. Vaya trío. Miedo. Asadito, birra, música de Gito en directo y karaoke. Si querías podías subir a tocar o cantar algo. Por supuesto no subí (Mr.Baena hubiera subido, seguro). No hubo nada especial a las 0:00, un poco extraño, sólo un brindis cuando la gente se dio cuenta de que ya era medianoche. En compensación me bebí 12 sextos de botellas de  sidra. Un sexto por cada uva que no tomé. Eche una mano a Eze sirviendo birra hasta que se acabó de la nevera y el almacén, así que fuimos a un boliche. Allí me debía haber encontrado con Rut (de Barcelona) pero no nos vimos. Debería ir muy tocada, supongo (o yo). La gente como loca cantando y bailando temas argentinos, como no, todo bien regadito con birra sin parar. Estaba un pelo cansado así que me retiraba al hostal cuando aparece el coche de los medocinos por la calle: Si uno vuelve, vuelven todos!!! y así fue, me gusta el lema, de vuelta en coche, como unos reyes. El día uno no curré, demasiado sueño o es que llegué mas tarde de la hora del desayuno? No me acuerdo, la verdad. Día uno de perros, como casi todos los últimos años.

Unos días mas tarde ya estaba pensando irme de Bariloche así que sin planear nada salimos a tomar algo y como suele pasar, las mejores noches no se planean. Con Amets y Eze (gracias maestro), fuimos a tomar unas birras y vaya si tomamos!! con perros persiguiéndonos por la calle, postes de madera que se movían al paso de Amtes (ya recuperada de la cabeza?) y un frío que pelaba llegué al hostal 35 minutos antes de empezar a currar (nuca más, pensé (otra vez)). Moría sirviendo el desayuno. Pero hay que estar a todas.

Salimos por la tarde hacia San Martin de los Andes en busca de Chicho y Juan. Sin hostal, improvisamos un campamentillo (así, medio gitano, el de la foto) que nos salvó de la lluvia por la noche. Junto con 5 porteñas que los maestros mendocinos habían conocido hicimos un asadito casi de madrugada y salimos a un boliche. Reggaetón a tope, non-stop. Al día siguiente de relax por el pueblo y tras una reunión de machos (según Amets, ya que hablamos de cosas de tíos), dormimos a 3ºC en lo que había sido hasta entonces la cocina de Chicho y Juan. Más decente que el campamento gitano. Amets se pegó un buen madrugón para marchar a Chile. Gracias por todo! Así que marché a mediodía hacia Mendoza.

Y por aquí ando, en tierra de vinos y con ganas de pisar tierras Bolivianas.

Las fotos aún no las tengo así que pronto os aviso por si queréis echar un vistazo.

Aprovecho para agradecer al staff del Hostal Tango Inn los buenos días que he pasado con ellos. Estáis hechos unos crakcs! gracias.