Y después del trekking, unos días de descanso en Pokhara. Una ciudad muy turística (que ya está bien después de tanto pateo y tanto hostal incómodo), donde en cada esquina hay un tipo ofreciéndose a afeitarte y masajearte la cara. Y es que la mayoría de peña que llega suele llegar de algún trekking con barbas bastante indecentes. pero no caí. (Y digo peña en general, tíos y tías poruqe hay cada una….). Sigo con mi barba de yeti. Por aquí, paisajes y más paisajes, entre ellos una vista de postal del Annapurna.
Para ello hay que subir a un pueblecito que se llama Sarangkot. Toda una aventura de buses y escaleras para llegar a una cima desde donde se ve amanecer y anochecer el Annapurna y el Machhapuchhare, uno de los picos también famosos que se ve desde aquí.
Y eso hice. Simplemente descansar viendo amanecer y anochecer en Sarangkot. así que poco que contar. Paseando evitando a los vendedores de ropa y equipación falsa de montaña, relajándome con una ducha calentita, durmiendo en una cama con colchón y, eso si, con un buen bistec de búfalo que me metí como premio final a los días de pateo.
Entrada cortita y sin mucha salsa para la última ciudad en Nepal. Se acabaron las montañas más altas del mundo, se acabó ver comer arroz caldoso con las manos, se acabó el frío por la mañana, vuelven las chanclas, vuelven los tirantes y vuelve el kalor.
3 comentarios:
aiiiiii q Kalor!!! ;P chanclas y tirantes?? pero donde crees que vas??? ;P
ande vas ahora, maño?!?
Sarangkot....jajaja....suena como " sarandonga nos vamosa comer...sarandonga cuchibiri, cuchiribi " jajaja
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